La Rosácea es un dermatosis crónica que afecta el 10% de la población, con un gran componente estético y emocional para el paciente.
Su etiología no está clara por el momento , pero hay factores predisponentes y desencadenantes.
Entre los desencadenantes, se han identificado cambios de temperaturas extremas, factores alimentarios, consumo de alcohol, cosméticos y situaciones de estrés emocional.
La afectación generalmente es el cara, en mejillas, mentón , frente.
Comienza con un eritema(coloración de la piel rojiza) en mejillas, transitorio flushing que puede tornarse permanente sin un buen control y tratamiento a tiempo.
También pueden aparecer pápulas y pústulas, telangiectasias, sensación de quemazón y tirantez de la piel.
El diagnóstico es clínico y se debe realizar diagnóstico diferencial con otras patologías, como acné, dermatomiositis, lupus eritematoso, dermatitis seborreica, enfermedad mixta del tejido conectivo, etc.
Se clasifica en 4 subtipos:
la rosácea eritemato-telangiectásica
la papulo-pustulosa.
rosácea fimatosa.
la ocular, tipo sensación de cuerpo extraño, hiperemia conjuntival, blefaritis.
El tipo de tratamiento depende de la evolución de la rosácea y del paciente. Por eso es tan importante consultar con su dermatólogo para llegar a un buen diagnóstico.
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